La aparición masiva de peces muertos la semana pasada en el Lago de Valencia ha activado una investigación conjunta de las autoridades nacionales y regionales, con el objetivo de determinar las causas de este preocupante fenómeno ambiental, donde representantes de los Ministerios de Agricultura y Tierras, Agua y Ecosocialismo se han unido a funcionarios de las gobernaciones de Aragua y Carabobo para llevar a cabo las pesquisas.
Así lo confirmó Jesús París, secretario de Seguridad Ciudadana de la gobernación de Carabobo, quien detalló que los equipos se encuentran trabajando para conocer el origen de los malos olores y la presencia de especies sin vida que flotan o aparecen varadas en las orillas del lago. La situación ha sido reportada por residentes de Isla La Culebra en el municipio Los Guayos, así como en zonas de Carlos Arvelo y Guacara.
Además de los ministerios y gobernaciones, representantes de Hidrocentro e Insalud también se han desplegado en la zona para «tomar algunas muestras en función de la prevención», ya que París enfatizó que los equipos están recorriendo «todo lo largo y ancho del lago para poder determinar las causas de este fenómeno y dar una respuesta oportuna».
Posibles causas no oficiales según expertos
El biólogo y limnólogo Ernesto González Rivas, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), explicó que episodios como este pueden ser frecuentes en sistemas como el Lago de Valencia, considerado un ecosistema eutrófico. Esto significa que el lago está sobrecargado de nutrientes como nitrógeno y fósforo, provenientes principalmente de aguas residuales domésticas, agrícolas e industriales.
Rivas detalló el mecanismo: «En estos lagos hay una alta productividad biológica. Las microalgas y cianobacterias hacen fotosíntesis y producen oxígeno en la superficie, pero en el fondo del lago se acumula materia orgánica que se descompone y consume ese oxígeno. Cuando el agua se mezcla por acción del viento, se homogenizan esas condiciones y el oxígeno disminuye en toda la columna de agua, provocando la muerte de peces por sofocación».
Por su parte, Jacobo Vidarte, comisionado de la alcaldía de San Diego, ofreció su opinión profesional sobre el evento, sugiriendo que la causa principal «podría ser hipoxia«. Vidarte explicó que los peces en el Lago de Valencia suelen agruparse cerca de la superficie debido a la escasez de oxígeno en las capas medias y profundas del agua, una situación exacerbada por la contaminación y la estratificación térmica del lago.
Vidarte añadió que las crecidas de los ríos durante la temporada de lluvias pueden contribuir a que sedimentos y químicos que normalmente permanecen en niveles medios y profundos se mezclen y distribuyan hacia las capas superiores, reduciendo drásticamente la «zona apta para los peces».
Respecto a los malos olores, Vidarte comentó que su desplazamiento dependerá del viento superficial. Para determinar con certeza el origen y alcance de los olores percibidos al norte de San Diego, Valencia y parte de Los Guayos, e incluso sectores de Maracay, se requeriría «un estudio de múltiples aspectos (hora, ubicación exacta de lugares de percepción, condiciones atmosféricas, etc.)». Cabe destacar que el patrón de viento predominante en el Lago de Valencia es del este por la mañana y del oeste por la tarde, debido a un sistema de circulación de brisa tierra-lago.
Las autoridades continúan las investigaciones para ofrecer un dictamen oficial sobre la causa de esta lamentable mortandad de peces.