Decenas de miles de personas se movilizaron este sábado por todo Estados Unidos en una jornada de protestas masivas contra el presidente Donald Trump y sus polémicas políticas de inmigración, con un énfasis particular en las recientes redadas contra migrantes.
Bajo el lema «‘Día sin Reyes'», las manifestaciones, convocadas en casi 2 mil ciudades como San Diego, Las Vegas, New York, Connecticut y muchas más, buscaron eclipsar el desfile militar que se celebraba simultáneamente en Washington D.C. para conmemorar el 250 aniversario de las Fuerzas Armadas.
La coincidencia del desfile con el 79º cumpleaños de Trump sirvió de telón de fondo para un amplio descontento público, exacerbado por las redadas migratorias que han provocado concentraciones y disturbios en ciudades como Los Ángeles, donde el líder republicano desplegó la Guardia Nacional la semana pasada.
En Nueva York, a pesar de la intensa lluvia, unas 50.000 personas desafiaron el clima para ocupar la emblemática Quinta Avenida, la cual fue cortada al tráfico por la policía.
Al grito de consignas como «¡No ICE, no Ku Klux Klan, no fascistas!» o «¿Cómo deletreas ‘fascista’? ¡I-C-E!», los manifestantes portaron banderas palestinas, estadounidenses y LGTBI, entre otras, expresando su rechazo a las políticas gubernamentales.
En Los Ángeles, decenas de miles de personas también salieron a las calles, muchas de ellas con banderas mexicanas en mano, para protestar contra las redadas migratorias de Trump que, en esta ciudad, desencadenaron protestas y detenciones durante la semana.
Un día de desfiles y protestas
Mientras las protestas se extendían por el país, en Washington, el ejército estadounidense conmemoraba sus 250 años de historia con un desfile que exhibió el «poderío militar estadounidense» a través de diferentes conflictos. Un emocionado Donald Trump, acompañado por su esposa Melania y el Secretario de Defensa Pete Hegeseth, saludó en varias ocasiones a los soldados desde el palco.
No obstante, el desfile no estuvo exento de críticas, siendo calificado por muchos como un «gasto innecesario» en un momento en que el gobierno argumenta estar realizando fuertes recortes presupuestarios para evitar derroches.