Israel anunció este viernes haber llevado a cabo un ataque preventivo directo contra Irán, una medida que intensifica drásticamente el conflicto latente entre ambos países, donde el Ministerio de Defensa israelí declaró el estado de emergencia en todo el territorio nacional, anticipando una posible respuesta con misiles y drones iraníes dirigidos a infraestructuras estratégicas y la población civil.

La ofensiva, denominada «Operación Nación de Leones», fue confirmada por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien la describió como una acción para «revertir la amenaza iraní a la propia supervivencia de Israel”.

La operación israelí, lanzada por la Fuerza Aérea, tuvo como objetivo instalaciones militares y nucleares en territorio iraní, incluyendo, según Netanyahu, el complejo de enriquecimiento de Natanz y científicos vinculados al desarrollo de armas nucleares.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que «docenas de aviones de la Fuerza Aérea Israelí completaron recientemente el golpe inicial, que incluyó ataques contra docenas de objetivos militares, incluidos sitios relacionados con el programa nuclear en varias áreas de Irán». Imágenes y videos de los daños ocasionados por los bombardeos han circulado en redes sociales desde Teherán, aunque no hay un balance oficial de víctimas por parte de Irán.

Creciente tensión regional

Diez días antes, el 3 de junio, Israel había respondido a un ataque con proyectiles desde el sur de Siria, bombardeando zonas despobladas. Este incidente, el primero desde Siria en más de un año, fue interpretado como un preludio a la actual escalada, dada la alianza entre Siria e Irán y la presencia de grupos proiraníes como Hezbolá. Funcionarios iraníes, por su parte, advirtieron al medio Al Mayadeen que “cualquier acción militar israelí contra instalaciones nucleares iraníes será respondida con una reacción sin precedentes desde Teherán.

La ofensiva israelí se llevó a cabo la madrugada del viernes, con un portavoz de las FDI declarando que su «ofensiva fue preventiva, precisa y combinada». En respuesta, la televisión estatal de Irán reportó el envío de 100 drones no tripulados hacia territorio israelí, los cuales el gobierno israelí afirmó estar trabajando para interceptar.

En uno de los ataques aéreos en Teherán, la televisión estatal iraní informó sobre la muerte de Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, junto con Fereydoon Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán, y Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.

Netanyahu responde sobre el ataque

El primer ministro Netanyahu justificó la operación argumentando que «Irán ha tomado pasos que nunca antes había tomado. Pasos para armar ese uranio enriquecido, y si no se le detiene, podría tener un arma nuclear en pocos meses, quizás menos de un año”.

También alertó sobre la amenaza de los misiles balísticos iraníes, refiriéndose a los 300 misiles disparados el año pasado contra Israel. El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, advirtió que Israel tendrá que enfrentar «un amargo destino», mientras que Estados Unidos ha declarado no estar involucrado en los ataques y ha subrayado que su máxima prioridad es proteger a las fuerzas estadounidenses en la región.

La situación en la región sigue siendo sumamente delicada, con el mundo observando con atención los desarrollos. Fuentes israelíes han indicado a la BBC que «seguirán atacando cualquier infraestructura militar en territorio iraní que represente una amenaza directa para su seguridad», señalando que la operación «continuará por los días que sean necesarios para eliminar esta amenaza».

La muerte de altos mandos militares iraníes en la operación «León Creciente», como se ha denominado en algunos informes, podría afectar la capacidad de la república islámica para responder a los ataques israelíes.