El anuncio de la canonización del doctor José Gregorio Hernández ha sido un acontecimiento de gran importancia para Venezuela, generando un profundo compromiso en la comunidad católica del país. El Monseñor Jesús González de Zárate Salas, Arzobispo de Valencia y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, expresó la necesidad de que este reconocimiento se traduzca en un esfuerzo por vivir de acuerdo con los valores que el doctor Hernández encarnó: una fe íntegra, una vida ciudadana ejemplar y una dedicación constante a los más necesitados.
La noticia de la canonización, proveniente del Papa Francisco, ha sido recibida con gran alegría y entusiasmo en toda Venezuela. El júbilo se ha manifestado en las calles, en los templos y en las redes sociales, donde los venezolanos han expresado su satisfacción por este reconocimiento a una figura tan querida y venerada.
La Iglesia de la Candelaria en Caracas, donde reposan los restos del doctor Hernández, se ha convertido en un punto de encuentro para los devotos que desean expresar su gratitud y admiración. La fe en la intercesión del «Médico de los pobres» se ha visto reforzada por innumerables testimonios de personas que atribuyen a su intervención milagrosa la recuperación de la salud o la superación de situaciones difíciles.
Nataly Marcano, una devota de 37 años, compartió su experiencia personal con la prensa, relatando cómo se ha sentido cercana al doctor Hernández en los últimos años, especialmente durante momentos de preocupación por la salud de su madre. Para ella, la canonización es motivo de gran emoción y orgullo nacional.
Monseñor Carlos Márquez, Obispo Auxiliar de Caracas, destacó la cantidad incontable de favores que los venezolanos atribuyen a la intercesión del doctor Hernández. Estos testimonios de fe, que se transmiten de generación en generación, forman parte del legado espiritual del nuevo santo.
Fabiola Pérez, otra devota, compartió un emotivo testimonio sobre la recuperación de su esposo de una grave enfermedad, que ella atribuye a la intervención milagrosa del doctor Hernández. Relatos como este ilustran la profunda conexión que los venezolanos sienten con la figura del «Médico de los pobres», quien ahora será reconocido como el primer santo de Venezuela.