Bárbara Rodríguez
Este domingo 9 de febrero el Caesars Superdome de Nueva Orleans fue sede del evento más televisado de Estados Unidos, el Super Bowl LIX. Los Kansas City Chiefs partían como los favoritos para quedarse con el título, lo que los convertiría en el primer equipo en ganar tres ediciones seguidas en la historia de la NFL. Sin embargo, en frente tenían al conjunto de Philadelphia Eagles, que se llevó la victoria de una manera épica por 40-22, un dominio total del partido.
El Show de medio tiempo con Kendrick Lamar al frente

Una vez más, el show de medio tiempo convocó tanta o más atención que el Super Bowl LIX. Ante una audiencia de más de 100 millones de personas, el rapero estadounidense Kendrick Lamar fue el encargado de encender el clima con su música, acompañado por la cantante SZA.
En un escenario que simuló un tablero de un juego (con un círculo, triángulo y una X sobre el campo) y con el actor Samuel L Jackson como maestro de ceremonias, que emuló al “Tío Sam”, Lamar apareció encima de un auto del que brotaron bailarines vestidos de rojo, blanco y azul.
El show de luces y las coreografías, más el aporte de SZA, le otorgaron espectacularidad al medio tiempo, que contó con la aparición de Serena Williams y un baile unipersonal. La multilaureada tenista sorprendió con su intervención en el escenario por su soltura e hizo furor. Vale recordar que ha tenido incursiones hasta en el cine, por ejemplo, en la película Pixeles, junto a Adam Sandler.
En la previa, Kendrick señaló que jamás imaginó formar parte de algo así. “Nunca pensé en estar en un Super Bowl”, admitió el artista, quien ve esta oportunidad como un reconocimiento y al mismo tiempo una responsabilidad para compartir su esencia artística con un público masivo.
Con su reciente victoria en los Grammy, donde obtuvo cinco premios por la canción “Not Like Us”, Kendrick Lamar reflexionó sobre los elementos esenciales de su carrera. “Siempre he sido abierto con mi narrativa en todo mi catálogo”, afirmó en relación a cómo el hip hop ha influido en su evolución como artista, destacándolo como “una verdadera forma de arte”. Este género, confesó, sigue siendo una parte integral de su vida: “Todavía miro batallas de rap. Esto siempre fue la definición de lo que fui”. En Nueva Orleans, dejó su huella en el Super Bowl.