Más de 18 abuelos del Centro Recreacional del Adulto Mayor Juan Pablo II, adscrito a la alcaldía de San Diego, reiniciaron con alegría las actividades recreativas y sociales el pasado 13 de enero con jornadas de socialización, salud mental y emocional, musicoterapia, baile y deporte activo impartido por las cuidadoras de la Fundación San Diego para los Niños e invitados especiales, cuando la ocasión lo amerita.
Como antesala al 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, este viernes los abuelos en compañía de las cuidadoras comenzaron a elaborar detalles relacionados con la fecha. Les entregaron papel de seda, tijeras, cartulina, pega y rollitos de cartón, con los cuales elaboraron un corazón decorado en rojo y sostenido con una cajita que sirve de centro de mesa, atendiendo la orientación de las guías para realizar el obsequio que entregarían al ser más querido del entorno de la familia.
Una vez que cumplieron las tareas asignadas, pasaron a la hora de los juegos de mesa, en este caso, el dominó, utilizando estratégicamente las fichas y colocando todas las habilidades matemáticas, además de un toque de suerte para ganar la partida.
A las 12 del mediodía compartieron un suculento almuerzo, y a las 2:00 de la tarde se despidieron, transportándolos hasta su residencia en un autobús de la alcaldía de San Diego, con la fe y esperanza puestas en regresar la siguiente semana, para continuar con los ejercicios de estimulación cognitiva para adultos, de modo que se sientan satisfechos con el trabajo que realizan en el entorno.
Arancelis Delgado, cuidadora de la fundación, señaló: «A los abuelos los recibimos con cariño, amor y ternura los cinco días de la semana. Cuando llegan al centro, se disponen a realizar manualidades, ejercicios dependiendo de la capacidad de cada uno, caminan al parque y los consentimos porque son como unos niños y es lo más bello que existe».
“Estamos agradecidas con la atención que nos brinda el alcalde de San Diego, León Jurado Laurentín, ya que siempre está pendiente de los abuelos, con cada detalle, cada evento, el Día de la Madre, fin de año, los carnavales, entre otras jornadas que van en beneficio y cuidado de nuestros abuelos».
Elinor Hernández, lleva nueve años trabajando en el Centro Recreacional Juan Pablo II con la Fundación San Diego para los Niños, destacó la protección y amor que se le brinda a cada abuelo sandiegano, los cuales participan en terapia de la risa, bailoterapia, manualidades, caminatas cortas, entre otros juegos de agilidad mental que los mantiene lúcidos en su pensamiento y expresión.
I“Los abuelos son parte de nuestra familia, esta es nuestra segunda casa, los protegemos y estamos pendientes de cada uno”. Aseguró que todas las mañanas realizan una caminata hacia la tercera etapa del parque para que se ejerciten y agarren un poquito de sol en beneficio para sus articulaciones. Luego regresan y realizan manualidades dependiendo de la ocasión”, indicó.
Por su parte, el abuelito Elías Borras, mejor conocido como «Bonni», se mostró alegre con todas las actividades que se le ofrecen, y en el momento que realizaba el trabajo encomendado, cantó una estrofa de «Corazón de melón», mientras sus compañeros sonreían por la picardía de la melodía, alegando que Bonni es un fantástico personaje que los llena de alegría.
Laura Herrera, otra de las abuelas que acude todos los días al Centro Recreacional, confesó “sentirse muy a gusto en el centro de recreación, ya que comparte con las amigas nuevas experiencias”.
Ligia Ovaldo es otra de las hermosas abuelas que señaló: «Estamos activos preparando detalles para el Día del Amor y la Amistad. “Hoy felices de estar acá porque compartimos muchas emociones”, envió saludos al alcalde, y lo recordó afectuosamente como la persona que les obsequia regalitos en diversas ocasiones.
Juan Bautista también se atrevió a comentar que se encontraban preparando un detalle para el Día del Amor y la Amistad, al tiempo que agradeció al alcalde León Jurado Laurentín, así como a todo el personal que integra la Fundación San Diego para los Niños, por estar pendiente de cada uno de los abuelos, de su salud, medicinas, alimentación y actividades recreativas, así como las cuatro cuidadoras que siempre les regalan amor.
Texto: NDP